viernes, 3 de octubre de 2008

LA ESCULTURA FUNERARIA EN GUADALAJARA


ESCULTURA FUNERARIA EN GUADALAJARA

Las estatuas mortuorias en alabastro o piedra común, que sellan en algunas de las iglesias guadalajareñas y en otros lugares las tumbas de ciertos personajes del pasado, forman parte del rico patrimonio cultural, artístico e histórico, que por fortuna todavía se conserva a todo lo largo y ancho de la Provincia. Algunas son de un incomparable valor artístico, otras menos. Podemos contar entre las que aún existen, con todas las que reposan sobre sus sepulcros en la Catedral de Sigüenza, con referencia especial a “El Doncel”, la más conocida y la más estimable de todas las que allí pueden verse. Queda en posición de reposo sobre el enterramiento de don Martín Vázquez de Arce en la capilla familiar, donde se guardan así mismo las esculturas yacentes de sus padres y la de su hermano don Fernando Vázquez de Arce, obispo que fue de Canarias a finales del siglo XV.
En el pueblo de Jirueque puede verse otra valiosa pieza de valor estimable en una capilla lateral de su pequeña iglesia. Se trata del enterramiento de un sacerdote del siglo XVI que ejerció su ministerio en aquella parroquia, don Alonso Fernández. Se la conoce por “El Dorado”, debido a que es esa la tonalidad que adquiere la piedra de fino alabastro al ser atravesada por la luz de las velas.
El pueblo de La Fuensaviñán conserva, como fondo a una pequeña capilla lateral de su iglesia, la estatua yacente de don Alonso de la Fuente, clérigo del siglo XVI natural de aquel pueblo fallecido en el año 1564.
En la iglesia parroquial de El Pobo de Dueñas aparece como adosada en un muro lateral la estatua yacente, en relieve policromo, del más ilustre de los hijos de aquel lugar molinés, el obispo de Barcelona y virrey de Cataluña, don García Gil Manrique, muerto en los años finales del siglo XVI.
En la iglesia de Mohernando, pueblo campiñés del que en vida fueron sus señores, están las bellas estatuas viajeras (Mohernando, Sigüenza y de nuevo Mohernando), atribuidas a Juan Bautista Monegro, de don Francisco de Eraso y de doña Mariana de Peralta, su mujer, acompañados de San Francisco de Asís. Uno de los monumentos funerarios del siglo XVI más completos y valiosos que han llegado hasta nosotros.
Ligeramente posterior en el tiempo, pero siempre dentro del siglo de los Austrias, se guarda en la iglesia de Riosalido el doble enterramiento de don Pedro Gálvez, médico del rey Felipe II, y de doña Ana Velázquez de Ledesma, su mujer. Magnífico bajorrelieve que les recuerda a perpetuidad en la villa serrana de la que fueron señores.
La estatua yacente del caballero santiaguista don Rodrigo de Campuzano, muestra sus bella formas alabastrinas en una capilla de la iglesia de San Nicolás el Real de Guadalajara.
Y concluimos con otra escultura funeraria realmente excelente, la de doña Aldonza de Mendoza. Como importante obra de escultura gótica que es de la segunda mitad del siglo XV, se encuentra expuesta en la sala grande del Museo Provincial de Arte, en el Palacio de los Duques del Infantado de la Capital.
En la imagen, el enterramiento conocido por "El Dorado", que se encuentra en la iglesia de Jirueque.

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